domingo, 6 de septiembre de 2009

HISTORIAS DEL SEÑOR BRECHT


Lo único que el señor Keuner decía
sobre el estilo es lo siguiente:
-Debería ser citable.


Bertolt Brecht, Historias del señor Keuner.

I
Un día el señor Brecht fue a visitar el Intitut für Sexualwissenschaft (instituto para el estudio de la sexualidad) del doctor Magnus Hirschfeld. Con las dos manos estiraba, separaba las nalgas, para que el doctor Hirschfeld pudiera examinarle el ojo del culo. Decía:
- La cultura que nos hemos esforzado tanto en construir está siendo destruida por los advenedizos. Para ellos somos sólo un excremento maduro en el ano contraído del mundo a punto de separarnos uno del otro.

II
El señor Brecht y el doctor Hirschfeld caminaban juntos, una tarde, por la Alexanderplatz, sonrosados y laxos por el calor. Después de recorrer unos cincuenta metros, se detuvieron.
- Cuando vengo a Berlin –dijo el señor Brecht- me vuelvo homosexual, rabino, bolchevique, judío.
- ¡Vaya! –exclamó el doctor Hirschfeld.
Y reanudaron el paseo, lentamente.

III
Una vez, mientras esperaba en el anden, al ver pasar un tren de prisioneros judíos, católicos, agnósticos, sionistas, judíos ortodoxos o reformados, nacionalistas, comunistas, homosexuales e intelectuales, expuestos al odio, al ridículo y al recelo bajo la categoría monolítica: “los judíos”, el señor Brecht comentó:
- La palabra fugarse es seductora. Y ahora, tengo que darme prisa.


BY Antonio Bordón, (Muchachos, maten a Borges. Edt.Escalera 2009)

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