jueves, 15 de julio de 2010

AL OTRO LADO DEL ESPEJO Nº 3 (VERSIÓN CORREGIDA)


Hace un par de días que el número tres de "Al Otro Lado del Espejo" vuela por la red, los suficientes para encontrarnos con pequeñas erratas o indecisiones que, normalmente, subsanaríamos en la versión impresa. Con todo, y sin que sirva de precedente, hemos decidido
subir una nueva versión digital de la revista con los arreglos pertinentes, para que disfrutéis por completo desde ya.


Y este es el link de la publicación, por si queréis propagarlo:

http://issuu.com/alotroladodelespejo/docs/aolde03_web

Puesto que muchos ya habían enlazado la primera versión, la mantendremos activa, porque no hay nada peor que pinchar un enlace inexistente.

Por otra parte aprovechamos para agradecer de antemano vuestra colaboración al mismo tiempo que os llamamos a participar en próximos números con vuestros relatos y/o ilustraciones, sólo tenéis que comunicaros con nosotros a traves de nuestro e-mail: revista.alotroladodelespejo@gmail.com

Buen verano y a leer...

IMPRIME ESTE POST

3 comentarios:

Víctor dijo...

Oído, cocina. Ya cambié el enlace en mi blog. Gracias por el aviso.

Anónimo dijo...

"No he aprendido a sufrir, toda severidad es inhumana"
Juan Carlos Mestre

Luz de un quinquet
9 pintas, 29 latidos, Gillespie,
madrugada, ganas de hablar.
La generación del 77 íbamos a cambiar el mundo en el fututo
pero los electrodomésticos siguen funcionando en el 2007,
como siempre…
Me pregunto:
Por qué un intermitente puede llevarme a la lágrima, de vasta emoción, por qué siento que me responde, cuando se ilumina su automática luz naranja, y que no estoy solo, que somos dos, objetos comunicándose, que la máquina pretende mi atención, sabiendo antes de que se ilumine sin embargo apenas un segundo antes que así será…
No lo entiendo:
Por qué ladra el borracho a los coches que pasan a su lado.
Es de noche.
Hace frío.
Mientras, la gente ahí afuera insiste, empujando sus pesadas rocas, hacia la pirámide.
En las paredes de mi casa se pudre la luz de ayer por la mañana.
Y yo sigo de pie junto a la ventana, sin tomar ninguna decisión.
Podría quedarme a vivir dentro de esta canción.
A night in Tunisia.
Pienso que:
La oportunidad debe ir acompañada de destreza…
Todos los muebles de casa me observan con rostro de preocupación.
No quiero pensar,
para no atraer su atención, con el ruido de mi cabeza.
Un automóvil ha atropellado al borracho, se apagó el ruido y la furia.
Está muerto, pero no siento lástima.
Tampoco sé qué significa eso realmente, si es salvaje, inhumano o inmoral,
pero es cierto.
Y mientras, la gente ahí afuera no deja de insistir, empujando sus rocas.
Me pregunto:
Debe haber algún motivo por el que todo haya adquirido esta forma,
esta forma de costumbre, en que amanece como una herida sin importancia.
Ya no recuerdo qué clase de paciencia me trajo a este lugar...

Víctor dijo...

Parece ser que se orientalizó la cosa...