jueves, 22 de septiembre de 2011

Homicidio - Ohiane Iriarte

La quinta copa. Aquella noche, como todas las demás, intentó ahogar sus penas en coñac. Quiso evadirse del dolor por unas horas, silenciar el sufrimiento con felicidad ebria para acabar enviando sus recuerdos por la taza del váter. Como cada noche.

Al día siguiente, una de las vecinas encontró el rellano encharcado. Después de llamar varias veces al timbre sin obtener respuesta, decidió avisar a la policía, asustada por lo que podría haber pasado. Minutos después encontraban el cuerpo del hombre, ahogado en sus propias lágrimas.


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