martes, 22 de noviembre de 2011

Amor de hija - Paloma Hidalgo

—No me recuerdas ¿verdad? Exclamo con un deje metálico en la voz. Es lógico, han pasado muchos años y yo era muy pequeña entonces. Lejos de asustarse, la piltrafa que tengo ante mí me dice que no le doy miedo, que los fantasmas no existen.

—Tú mejor que nadie sabes que estoy muerta, tú reconociste los anillos de mi cadáver; tú y tus celos tirasteis la colilla que prendió la cama donde dormía en brazos de mi padre tras vivir una horrible pesadilla.

Unas gotas de sudor apenas perceptibles recubren su frente al verme bajar la cremallera de mi cazadora blanca. No le hago reproches, tan sólo bato con fuerza mis alas para enviarla donde se merece por librarme de esa forma de los abusos de mi padre.

Paloma Hidalgo
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3 comentarios:

Miguel Ángel Pegarz dijo...

Muy fuerte el relato. Una solución drástica nacida de la desesperación que le han sabido reconocer. Con el corazón en un puño.

Pedro Sánchez Negreira dijo...

Duro, Paloma, durísimo; pero magisralmente llevado.

Enhorabuena por la historia y por cómo nos la entregas.

Un saludo.

Javier Ximens dijo...

Es un relato muy angustioso. Me deja fastidiado. Es triste. En fin, conmueve, luego lo has logrado, Paloma.