lunes, 4 de junio de 2012

Potaje de cáscara de huevo



Hay en Treneglwys cierta cabaña de pastores conocida por el nombre de ”Twt y Cymrws” por un extraño suceso que allí tuvo lugar. Vivieron en la casa hace tiempo un hombre y su esposa que tenían dos gemelos a los que la mujer cuidaba amorosamente. Un día llamaron a la mujer a casa de un vecino que estaba a cierta distancia. A ella no le apetecía demasiado ir y dejar a sus pequeños solos en la solitaria casa, especialmente porque había oído hablar de apariciones en el vecindario.

La mujer se marchó y volvió tan pronto como pudo pero en el camino de vuelta la asustó ver algunos duendes de camisa azul cruzándose en su camino a pesar de ser mediodía. Corrió a casa y encontró a sus dos pequeños en la cuna y todo parecía estar tal como lo había dejado.

Pero después de un tiempo las buenas gentes empezaron a sospechar que algo no iba bien, pues los gemelos no crecían.

El hombre dijo: “No son nuestros.”

La mujer dijo: “¿De quién van a ser si no?”

Y así comenzó el suceso tras el cual los vecinos pusieron nombre a la casa. La mujer estaba muy triste, así que una noche decidió ir a ver al mago de Llanidloes, porque él lo sabía todo y podría aconsejarle qué hacer.

Se dirigió a Llanidloes y le contó el caso al mago. Se acercaba la cosecha de la avena  y el centeno, así que el mago le dijo: “Cuando estés preparando la cena para los segadores, coge la cáscara de un huevo de gallina, cuece en ella algo de potaje y déjala junto a la puesta como si fuera la cena para los segadores. Entonces escucha a ver si los gemelos dicen algo. Si les oyes hablar sobre cosas más allá de la comprensión de los niños, cógelos y arrójalos a las aguas del lago Elvyn. Pero si no oyes nada extraordinario, no les hagas daño.”

Así que al llegar el día de la siega la mujer hizo lo que le había dicho el mago y puso la cáscara de huevo al fuego, la retiró, la llevó a la puerta y allí se quedó escuchando. Entonces escuchó como uno de los niños le decía al otro:

“De los huevos vi salir gallinas
Y de las bellotas, robles,
Pero nunca vi de una cascarilla
Salir potaje para los segadores”

Así que la mujer volvió a la casa, cogió a los niños y los arrojó al Llyn; los duendes vestidos de azul corrieron a salvar a sus pequeños y devolvieron los gemelos a la mujer y así terminó el suceso.


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Relato extraido de "Celtic folk and fairy tales", recopilado y editado por Joseph Jacobs en 1892 con ilustraciones de John D. Baten.

Traducción: Mayte Sánchez Sempere

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3 comentarios:

Javier Ximens dijo...

Gracias por traer estos cuentos.

Anónimo dijo...

LINDO EL CUENTO DE LOS GEMELOS.cesar

Mayte Sánchez Sempere dijo...

Gracias a vosotros por acercaros a leer.