Un tiranosaurio dueño de una multinacional, profundamente emocionado porque acababa de asistir a su primera clase sobre "Calidad y Excelencia", y mientras meaba en los urinarios de una de sus múltiples empresas, aprovechó la ocasión para poner en práctica los conocimientos recién adquiridos.
—¡Qué día más maravilloso! —le dijo el tiranosaurio a uno de los que limpiaban los retretes— No hay nada mejor para el ánimo que un poco de ejercicio. ¿Qué deporte practicas en tus ratos libres? Yo practico el golf y la equitación.
A lo que el limpiador respondió:
—Trabajo doble turno porque no me alcanza el dinero. No tengo tiempo ni fuerzas para practicar ningún deporte.
—Pero suponte que tuvieras tiempo —insistió el tiranosaurio sin perder un ápice su sonrisa —. Suponte que, por ejemplo, trabajaras solo un turno. ¿Qué deporte practicarías?
—Ninguno —respondió el limpiador—. Si tuviera más tiempo lo dedicaría a estar con mis hijos.
—¡Los hijos! —exclamó el tiranosaurio— Qué maravilloso deporte. ¿Y en qué club lo practicas?
—¿Club? ¿De qué está hablando? —preguntó el limpiador consternado.
—Maravilloso lugar —dijo el tiranosaurio subiéndose el cierre del pantalón—. A ver si algún día nos vamos a jugar juntos.
Luego le dio al limpiador una palmadita en la espalda y se fue presuroso. Su segunda clase sobre “Calidad y Excelencia” estaba a punto de comenzar.
TEXTO DE Franco Di Merda
ILUSTRACIÓN DE Ivan Soldo
No hay comentarios:
Publicar un comentario