Capítulo III: Los Puntos Misteriosos.
El observatorio al que llevó a Lund y al viejo Tom Grouse... (sigue aquí una larga y tremendamente aburrida descripción del observatorio, que el traductor del francés al ruso ha creído mejor no traducir para ganar tiempo y espacio). Allí se alzaba el telescopio perfeccionado por Bolvanius. Mr. Lund se dirigió hacia el instrumento y comenzó a observar la Luna.
-¿Qué es lo que ve, caballero?
-La Luna, caballero.
-Pero, ¿qué es lo que ve cerca de la Luna, caballero?
-Tan sólo tengo el honor de ver la Luna, caballero.
-Pero, ¿no ve unos puntos pálidos moviéndose cerca de la Luna, caballero?
-¡Pardiez, caballero! ¡Veo los puntos! ¡Sería un asno si no los viera! ¿De qué clase de puntos se trata?
-Esos puntos tan sólo son visibles a través de mi telescopio. ¡Pero ya basta! ¡Deje de mirar a través del aparato! Mr. Lund y Tom Grouse, yo deseo saber, tengo que saber, qué son esos puntos. ¡Estaré allí pronto! ¡Voy a hacer un viaje para verlos! Y ustedes vendrán conmigo.
-¡Hurra! -gritaron a un tiempo John Lund y Tom Grouse-. ¡Vivan los puntos!
-¿Qué es lo que ve, caballero?
-La Luna, caballero.
-Pero, ¿qué es lo que ve cerca de la Luna, caballero?
-Tan sólo tengo el honor de ver la Luna, caballero.
-Pero, ¿no ve unos puntos pálidos moviéndose cerca de la Luna, caballero?
-¡Pardiez, caballero! ¡Veo los puntos! ¡Sería un asno si no los viera! ¿De qué clase de puntos se trata?
-Esos puntos tan sólo son visibles a través de mi telescopio. ¡Pero ya basta! ¡Deje de mirar a través del aparato! Mr. Lund y Tom Grouse, yo deseo saber, tengo que saber, qué son esos puntos. ¡Estaré allí pronto! ¡Voy a hacer un viaje para verlos! Y ustedes vendrán conmigo.
-¡Hurra! -gritaron a un tiempo John Lund y Tom Grouse-. ¡Vivan los puntos!
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