jueves, 25 de agosto de 2011

Conversación telefónica - Jara Bedmar

No puedo soportarlo más. Te juro que no. Y que conste que lo he intentado. Llevo ocho años durmiendo junto a él y, haga lo que haga, siempre me despierta. Sé que mis oídos deberían estar acostumbrados pero creo que, cada día que pasa, lo llevo peor. No me provoca ni una buena sensación. Desde que dependo de él, hasta padezco insomnio. Estoy harta.

Tan hermético, tan frío, cuadriculado y oscuro… ¿es que voy a estar toda mi vida igual? Se acabó. Mañana cogeré las maletas y me iré a vivir al campo. Allí, seguro que no lo echaré de menos. Está decido. Un despertador no va a poder conmigo. El tiempo es mío.

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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero tienes que irte tú???? elimina el despertador de tu vida, dale puerta.

Pedro Sánchez Negreira dijo...

Buen juego de engaño y mejor solución final. La marcha de la protagonista antes que la destrucción del problema.

Me ha gustado.

Enhorabuena.