Tomó la pastilla de Irbersartán para la presión. De pronto tuvo mareos, náuseas, fatiga, dolor en el cuerpo.
Revisó las reacciones secundarias del medicamento: Mareo; náuseas/vómitos, fatiga, dolor musculoesquelético.
Respiró profundo y tomó pastillas para la ansiedad y depresión.
Burbujeantes reacciones secundarias invadían su cuerpo conforme las tabletas atravesaban su laringe.
Terminó de tomar el café, se lavó los dientes. Apagó todo, salió a la calle y encendió el piloto automático.
Marilinda Guerrero Valenzuela
1 comentario:
Como muertos vivientes, así es como va mucha gente por el mundo, cada vez más. Hemos pasado de querer inventar robots que imiten a los humanos, a que el ser humano actúe como un robot. Sin duda es menos costoso, aparte de que los robots presentan un gran inconveniente: no consumen.
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