Un día, el maestro Nasrudin compró dos kilos de carne al carnicero del barrio. Llevó la carne a casa y le pidió a su esposa que cocinase con ella un guiso delicioso para la cena. Así, asegurada la comida de la noche, felizmente se dirigió a su campo a trabajar.
La esposa de Nasrudin cocinó el guiso, pero a la hora del almuerzo
algunos de sus amigos y familiares se presentaron para hacerles una visita. No teniendo nada más para servir a sus invitados, les sirvió el guiso, que comieron con gran placer hasta terminarlo.
Nasrudin llegó a casa después de un largo día de trabajo y preguntó a su esposa si el guiso estaba listo.
- ¡Ah, ah! No tienes idea de lo que sucedió con el guiso - le dijo su esposa - El gato se lo comió todo.
Nasrudin, sospechando, miró a su alrededor y vio al pequeño gato
escuálido en una esquina, mirando tan hambriento como él mismo. Nasrudin tomó al gato y lo pesó en su báscula. El pobre pesaba exactamente dos kilos.
- Mujer - dijo el maestro - si este es el gato, ¿dónde está el guiso? Y si este es el guiso, entonces ¿dónde está el gato?
IMPRIME ESTE POST
No hay comentarios:
Publicar un comentario