Muchas veces arriesgamos y jugamos a la carta más alta, y no nos damos cuenta de los detalles de la apuesta hasta que cada jugador muestra los naipes sobre el tapete, y es entonces cuando nos percatamos, normalmente acompañados de un sudor frío, de deque el juego de los demás fue conservador, y tú acertaste en la intuición, al limite, pero acertaste. La partida está en tus manos, el riesgo sigue en el alma, pero tú decidirás seguir, o retirarte. Aceptas el reto. Continuas. Nos seguiremos mirando a los ojos. Buscaremos la mueca. Apostaremos fuerte. Por ahora nos acompaña el comodín de la fortuna. Afuera hace una hermosa noche nublada, las gotas de una fina lluvia se posan en las hojas de los árboles cercanos a la librería. Acabó la función, la gente sale sonriente, su satisfacción son los naipes que componen nuestra jugada.
Miguel Ángel Marti, Gsús Bonilla, Luís Morales
4 comentarios:
Sois los más grandes... a ambos lados del espejo. GRACIAS.
puff... en la siguiente explotamos, allí dónde la contraportada: en la luna, mientras el rock inunda las almas... :)
vaya trabajazo, compañeros de rima!
todoslosbesos, desde el reflejo
Yo a la siguiente me apunto.
Que quede claro...
Fue un placer conoceros.
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