lunes, 20 de junio de 2011

Las Islas Voladoras IV





Capítulo IV: Catástrofe en el Firmamento.

Media hora más tarde, Mr. William Bolvanius, John Lund y Tom Grouse estaban volando hacia los misteriosos puntos en el interior de un cubo que era elevado por dieciocho globos. Estaba sellado herméticamente y provisto de aire comprimido y de aparatos para la fabricación de oxígeno1. El inicio de este estupendo vuelo sin precedentes tuvo lugar la noche del 13 de marzo de 1870. El viento provenía del sudoeste. La aguja de la brújula señalaba oeste-noroeste. (Sigue una descripción, extremadamente aburrida, del cubo y de los dieciocho globos.) Un profundo silencio reinaba dentro del cubo. Los caballeros se arrebujaban en sus capas y fumaban cigarros. Tom Grouse, tendido en el suelo, dormía como si estuviera en su propia casa. El termómetro2 registraba bajo cero. En el curso de las primeras veinte horas, no se cruzó entre ellos ni una sola palabra ni ocurrió nada de particular. Los globos habían penetrado en la región de las nubes.

Algunos rayos comenzaron a perseguirles, pero no consiguieron darles alcance, como era natural esperar tratándose de ingleses. Al tercer día John Lund cayó enfermo de difteria y Tom Grouse tuvo un grave ataque en el bazo. El cubo colisionó con un aerolito y recibió un golpe terrible. El termómetro marcaba -76°.

-¿Cómo se siente, caballero? -preguntó Bolvanius a Mr. Lund el quinto día, rompiendo finalmente el silencio.

-Gracias, caballero -replicó Lund, emocionado-; su interés me conmueve. Estoy en la agonía. Pero, ¿dónde está mi fiel Tom?

-Está sentado en un rincón, mascando tabaco y tratando de poner la misma cara que un hombre que se hubiera casado con diez mujeres al mismo tiempo.

-¡Ja, ja, ja, Mr. Bolvanius!

-Gracias, caballero.

Mr. Bolvanius no tuvo tiempo de estrechar su mano con la del joven Lund antes de que algo terrible ocurriese. Se oyó un terrorífico golpe. Algo explotó, se escucharon un millar de disparos de cañón, y un profundo y furioso silbido llenó el aire. El cubo de cobre, habiendo alcanzado la atmósfera rarificada y siendo incapaz de soportar la presión interna, había estallado, y sus fragmentos habían sido despedidos hacia el espacio sin fin.

¡Éste era un terrible momento, único en la historia del Universo!

Mr. Bolvanius agarró a Tom Grouse por las piernas, este último agarró a Mr. Lund por las suyas, y los tres fueron llevados como rayos hacia un misterioso abismo. Los globos se soltaron. Al no estar ya contrapesados, comenzaron a girar sobre sí mismos, explotando luego con gran ruido.

-¿Dónde estamos, caballero?

-En el éter.

-Hummm. Si estamos en el éter, ¿qué es lo que respiramos?

-¿Dónde está su fuerza de voluntad, Mr. Lund?

-¡Caballeros! -gritó Tom Grouse-. ¡Tengo el honor de informarles que, por alguna razón, estamos volando hacia abajo y no hacia arriba!

-¡Bendita sea mi alma, es cierto! Esto significa que ya no nos encontramos en la esfera de influencia de la gravedad. Nuestro camino nos lleva hacia la meta que nos habíamos propuesto. ¡Hurra! Mr. Lund, ¿qué tal se encuentra?

-Bien, gracias, caballero. ¡Puedo ver la Tierra encima, caballero!

-Eso no es la Tierra. Es uno de nuestros puntos. ¡Vamos a chocar con él en este mismo momento!

¡¡¡BOOOM!!!

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1. Gas inventado por los químicos. Dicen que es imposible vivir sin él. Tonterías. Lo único sin lo cual no se puede vivir es el dinero.

2. Este instrumento existe en la realidad. (Notas del traductor del francés al ruso.)


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