El Apocalípsis, ilustrado por Basil Wolverton en 1956.
Como recordaréis, hace poco tuvo lugar el II Certamen de Microrrelatos AOLDE en Facebook y elegimos precisamente el tema del Fin del Mundo. El micro ganador aparecerá publicado en el especial que estamos preparando, pero nos falta una ilustración hecha a propósito.
Por eso hemos decidido convocar un concurso para seleccionar la ilustración que acompañará al relato ganador.
Las bases son sencillas:
- Envíanos una ilustración basada en el texto ganador que aparece al final de esta entrada a nuestro correo:
revista.alotroladodelespejo@gmail.com
revista.alotroladodelespejo@gmail.com
- El formato de la imagen debe ser jpg, con un tamaño de 25x22 cm. Puedes enviarlo en baja calidad (72ppp) pero si ganas necesitaremos una versión en alta calidad (300ppp).
- La técnica puede ser la que quieras, blanco y negro o color.
- El plazo de presentación empieza hoy 4 de diciembre y finaliza el 10 de enero.
- Anunciaremos el ganador el día 15 de enero, coincidiendo con el fin del plazo de presentación de relatos para el número especial.
El microrrelato a ilustrar es este:
Sin más... (por Chica Metáfora)
Un escalón, cien escaleras, una cuesta, laberinto de “sies” y “noes”. Manos que se agrietan y espaldas cansadas, sudor que se convierte en esencia en el descansar de la noche oscura. Siete días de una semana simplificados a cinco de trabajo, consumidos al máximo para llegar a disfrutar con delicadeza de la nimiez del fin de semana. Montados en el Planeta mientras se destruye y lo autodestruimos a patadas con los derechos y deberes de nosotros mismos. Pasa, paso, y reposamos. Todo con cheque en blanco, pensando que nada es efímero en el infinito de la edad del mundo. Los titulares hacen poso en las hemerotecas y cerramos el ordenador a las doce; ya sábado. ¿Qué pasará mañana? Pospongo la vida hasta el lunes, no creo que nada cambie, ni de modo, ni de forma, ni de sitio. Repetimos hasta morir.
En la cama, despertar matutino de domingo, en mi egoísmo de humana resentida, donde me huele a dos tostadas y a zumo de naranja recién exprimido, donde el café nos silba desde la cocina y mientras las sábanas abrigan la desnudez, no veo otro fin del mundo que no sea el día que este momento no lo pases conmigo.
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