jueves, 15 de diciembre de 2011

Microrrelato - Erich A

El joven poeta estaba inspirado, como en trance. Corrió rápidamente a su mesa, escribió el poema más maravilloso jamás escrito, lo quemó y finalmente esnifó sus cenizas.

Cuando le enterraron, aún conservaba esa mueca de felicidad.

Erich A.

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4 comentarios:

Paloma Hidalgo dijo...

Habría sido más productivo compartirlo con el mundo, seguro, además de evitarse una dosis extra, aunque fuera de tinta, alguno lo habría agradecido. Me gustó.

Saludos

Clara dijo...

Muy bello¡¡¡
Volvió a formar parte de él.
Bs

Germán Hernández dijo...

Poesía Intimista?

Erich A. dijo...

Muchas gracias por los comentarios. Es mi primer microcuento (o lo que sea :p)

Felices fiestas a todos.
Abrazos,
Erich A.